jueves, 31 de enero de 2013

ANTIBIÓTICOS NATURALES.




Para reforzar el sistema inmunológico es conveniente que la dieta esté compuesta por alimentos ricos en proteínas vegetales procedentes de leguminosas (lentejas, garbanzos, habas, alubias), granos integrales (arroz, avena, maíz, cebada,…) y frutas y verduras debido a su alto contenido en vitaminas, minerales y fitoquímicos, muchos del grupo de los flavonoides

Varios compuestos de éste grupo poseen efectos antibióticos y antivirales. Entre las mejores frutas para consumo frecuente podríamos destacar las ciruelas, ya que contienen casi todas las vitaminas del complejo B, lo que las convierte en excelentes antibióticos naturales. Los ácidos grasos poliinsaturados de su piel refuerzan la protección de la membrana de todas las células del cuerpo, impidiendo así la entrada de bacterias causantes de infecciones y enfermedades. También refuerzan el sistema inmunitario y el corazón.

Para prevenir las infecciones conviene reducir al máximo el consumo de harinas, azúcares refinados, lácteos y carnes. Su alto contenido en grasas saturadas y sus deficiencias de ácidos grasos omega 6 y omega 3 ejercen un efecto negativo sobre las defensas y favorecen las infecciones recurrentes. Existen asimismo Plantas Medicinales con poderosos efectos antibióticos directos o bien activadores de las defensas que conviene consumir con cierta frecuencia o utilizar expresamente como alternativa a los antibióticos químicos cuando sea preciso.

Alimentos con elevadas dosis de vitaminas como la A (retinol) ayudan a mantener la integridad de los epitelios, que es por donde penetra cualquier infección. Otras vitaminas básicas son la E (antioxidante) ya que la oxidación celular aumenta considerablemente durante las infecciones, y el ácido ascórbico o vitamina C, que suele usarse asimismo en los procesos infecciosos porque aumenta las defensas frente a los gérmenes. Otro nutriente importante para ayudar al cuerpo a luchar contra la infección fabricando anticuerpos específicos es el zinc, ya que disminuye la severidad de los síntomas y acorta la duración del episodio infeccioso.

La introducción de prebióticos (sustancias que se encuentran en alimentos como el trigo, ajo, melocotones, cebolla, remolacha o las alcachofas), y/o probióticos (presentes en alimentos como el yogur y leches fermentadas, ambos ricos en lactobacilos) en nuestra dieta diaria ayuda a equilibrar y mantener saludable la flora intestinal, disminuyendo así la susceptibilidad de sufrir infecciones de estómago e intestino. Así mismo, los prebióticos y probióticos son vitales en aquellas personas que están recibiendo tratamiento médico con antibióticos, ya que reponen la flora intestinal destrozada por estos, evitando así la aparición de diarreas ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario